Cuando miramos atrás vemos errores. Percibir una decisión cmo un error no es nada más que una percepción. Así solo se generar frutraciones, que no ayudan.
Detrás de cada decisión, de cada gestión, hay una lección. Y una lección aprendida es un éxito.
Las decisiones que tomamos tienen consecuencias. Más o menos exitosas a nivel externo. Pero siempre son un aprendizaje.
Lo importante no es la etiqueta error/acierto, sino aprender en positivo lo que te han enseñado. Entender esto como éxito también te da la energía necesaria para seguir creciendo.
Siempre hay que analizar, haya ido bien o mal: ¿qué podemos hacer mejor?
Así se generan conocimientos y éxitos acumulados, así se consigue un interés compuesto, es decir, un crecimiento exponencial.
Ya no hay errores, ahora habrá consecuencias que son aprendizajes.
Sugerencia: 3 aprendizajes del día (personal y profesional).
Para ser consciente de los éxitos. Cómo has salido de la zona de confort. Cada vez tendremos más confianza para seguir adelante, y adquirir experiencias nuevas.